La toxina botulínica es una sustancia química que actúa directamente sobre las fibras musculares y genera un efecto de relajación. Está presente en la naturaleza y es producida por una bacteria llamada: clostridium botulinum.
Esta toxina botulínica (Botox® como es conocida mayormente, aunque en realidad esta es una marca) es muy utilizada en la medicina estética, así como para tratar algunas enfermedades neurológicas, para la corrección del exceso de sudoración en las palmas de las manos o las axilas, o el tratamiento de distonías y espasmos musculares, así como el bruxismo. Dependiendo de su uso se aplicará de formas distintas.
En el caso de la medicina estética, la toxina botulínica se utiliza, básicamente, para el tratamiento de líneas de expresión en el tercio superior de la cara, como la frente, entrecejo y las patas de gallo. Actualmente, también se usa en cuello para crear un efecto de cuello de Nefertiti.
Para este objetivo se suele utilizar la toxina botulínica tipo A, ya que sirve para reducir la fuerza de contracción muscular de la zona donde se aplique, de tal forma que los relaja. Recuerda siempre que la evaluación médica previa para calcular la dosis garantizará un efecto natural en tu tratamiento.
Se pueden comenzar a notar los cambios a partir del tercer o cuarto día desde su aplicación, cuando la toxina hace efecto. Sobre cuánto dura el efecto, podemos decir que el cuerpo lo procesa de acuerdo a tu metabolismo. Puede variar entre los 3 y 6 meses.
La toxina botulínica es una sustancia química que actúa directamente sobre las fibras musculares y genera un efecto de relajación. Está presente en la naturaleza y es producida por una bacteria llamada: clostridium botulinum.
Esta toxina botulínica (Botox® como es conocida mayormente, aunque en realidad esta es una marca) es muy utilizada en la medicina estética, así como para tratar algunas enfermedades neurológicas, para la corrección del exceso de sudoración en las palmas de las manos o las axilas, o el tratamiento de distonías y espasmos musculares, así como el bruxismo. Dependiendo de su uso se aplicará de formas distintas.
En el caso de la medicina estética, la toxina botulínica se utiliza, básicamente, para el tratamiento de líneas de expresión en el tercio superior de la cara, como la frente, entrecejo y las patas de gallo. Actualmente, también se usa en cuello para crear un efecto de cuello de Nefertiti.
Para este objetivo se suele utilizar la toxina botulínica tipo A, ya que sirve para reducir la fuerza de contracción muscular de la zona donde se aplique, de tal forma que los relaja. Recuerda siempre que la evaluación médica previa para calcular la dosis garantizará un efecto natural en tu tratamiento.
Se pueden comenzar a notar los cambios a partir del tercer o cuarto día desde su aplicación, cuando la toxina hace efecto. Sobre cuánto dura el efecto, podemos decir que el cuerpo lo procesa de acuerdo a tu metabolismo. Puede variar entre los 3 y 6 meses.
La toxina botulínica es una sustancia química que actúa directamente sobre las fibras musculares y genera un efecto de relajación. Está presente en la naturaleza y es producida por una bacteria llamada: clostridium botulinum.
Esta toxina botulínica (Botox® como es conocida mayormente, aunque en realidad esta es una marca) es muy utilizada en la medicina estética, así como para tratar algunas enfermedades neurológicas, para la corrección del exceso de sudoración en las palmas de las manos o las axilas, o el tratamiento de distonías y espasmos musculares, así como el bruxismo. Dependiendo de su uso se aplicará de formas distintas.
En el caso de la medicina estética, la toxina botulínica se utiliza, básicamente, para el tratamiento de líneas de expresión en el tercio superior de la cara, como la frente, entrecejo y las patas de gallo. Actualmente, también se usa en cuello para crear un efecto de cuello de Nefertiti.
Para este objetivo se suele utilizar la toxina botulínica tipo A, ya que sirve para reducir la fuerza de contracción muscular de la zona donde se aplique, de tal forma que los relaja. Recuerda siempre que la evaluación médica previa para calcular la dosis garantizará un efecto natural en tu tratamiento.
Se pueden comenzar a notar los cambios a partir del tercer o cuarto día desde su aplicación, cuando la toxina hace efecto. Sobre cuánto dura el efecto, podemos decir que el cuerpo lo procesa de acuerdo a tu metabolismo. Puede variar entre los 3 y 6 meses.
