Seguramente has escuchado hablar sobre los tratamientos inyectables como el ácido hialurónico o la toxina botulínica, pero piensas: ¡qué miedo! ¿Dolerá? ¿Serán efectivos? ¿Dejan el rostro peor de lo que se dice?
El miedo a estas técnicas, muchas veces debido a la falta de información, provocan que las personas no quieran intentarlas, ya que han oído mitos sobre los productos inyectables.
La realidad es que este tipo de tratamientos se han vuelto una de las opciones estéticas con mayor valor y demanda, ya que ofrecen grandes beneficios como profunda hidratación, un aspecto natural, suave, joven, ofrecen volumen, luminosidad, actúan frente la flacidez del rostro y hasta ayudan a la recuperación de la definición facial.
Seguramente has escuchado hablar sobre los tratamientos inyectables como el ácido hialurónico o la toxina botulínica, pero piensas: ¡qué miedo! ¿Dolerá? ¿Serán efectivos? ¿Dejan el rostro peor de lo que se dice?
El miedo a estas técnicas, muchas veces debido a la falta de información, provocan que las personas no quieran intentarlas, ya que han oído mitos sobre los productos inyectables.
Seguramente has escuchado hablar sobre los tratamientos inyectables como el ácido hialurónico o la toxina botulínica, pero piensas: ¡qué miedo! ¿Dolerá? ¿Serán efectivos? ¿Dejan el rostro peor de lo que se dice?
El miedo a estas técnicas, muchas veces debido a la falta de información, provocan que las personas no quieran intentarlas, ya que han oído mitos sobre los productos inyectables.